viernes, 10 de abril de 2009

Entre la muerte y la vida

Siempre pienso en abrir un blog, es más ya lo tengo abierto desde hace meses y no he escrito nada. Quería que el primer escrito (como si el resto dieran igual) fuera uno “grande”, algo que impactara, uno que me encantara y que enganchara a la gente a seguir leyendo... Pero creo que tendré que seguir buscando, porque no es mi manera de escribir, no escribo de una manera espectacular, ni tengo grandes palabras ni grandes escritos. Siempre escribo para sentirme mejor, y lo consigo. Entonces que más da si es grande o pequeño, si les gusta los demás o no.
Había varios temas pululando por mi cabeza para ir desarrollando, pero el que más votos tenía en mi cabeza era “La Muerte”.
Lo tenía bastante claro, para empezar por el final (o para lo que pensamos que es el final). No es un tema al que la gente le guste referirse, ni hablarlo o incluso por lo que he ido preguntando ni pensarlo. A mi como mínimo me genera curiosidad y algo de responsabilidad. A veces, cuando pienso en ello, mentalmente he ido planeado mi despedida. Sí, es así como lo llamaré... Una fiesta de despedida. Como me gustaría que fuese, dónde, la gente que podría venir, e incluso cuando.
Me gustaría que fuese dentro de un montón de años, porque como dicen por ahí; la vida siempre es demasiado corta. Una viejita que ya ha hecho un montón de cosas en la vida, sobre todo disfrutarla. Pero como tampoco sabemos cuando será, por pedir que no quede, ¿no? El lugar sería ideal que fuese luminoso grande y alegre. Sí, al aire libre también estaría bien. Me gustaría que ese día la gente esté contenta (con alguna sonrisilla al menos), espero que no porque me vaya, si no porque he llegado hasta ahí y he intentado que cada día fuera el mejor. Y quien lo esté porque ya no estoy me parece igual de respetable, sólo faltaría.
No me gustaría que la gente vaya de luto. El color negro en grandes cantidades es demasiado triste, a no ser que sea tu estilo, no negaremos que es elegante. Cada uno como quiera, como un día normal al ir a trabajar, a una cena, a tomar un café o a una fiesta. ¡Como os apetezca! No quiero protocolos, no quiero estampitas de recordatorio, no quiero misa... Y sí quiero gente, quiero sonrisas, quiero fotos (hacer fotos para recordar, siempre es un punto de reunión para gente que hace tiempo que no coincide) y quiero recuerdos. Así que ya sabéis vamos a seguir acumulando muchos de ESOS, para tener de que hablar y de que reírnos en esos momentos.
También he pensado en la parte del entierro. Un nicho me da un poco de cosa. Un entierro a lo americano con la tumba en el suelo parece mucho más llamativo, al menos por la tele, pero tampoco me convence... Votaría por la incineración y un repartimiento de las cenizas a lo “Elizabethtown”. Sí, me parece que me quedo con esta última opción y me haré una lista con esos lugares a los que me gustaría seguir perteneciendo y les tengo ese cariño especial. Antes de la incineración, un pequeño detalle, ya sabéis todo lo que se necesite para los demás estás ahí para donarlo no para quemarlo.
Y sobre todo, y para todos, después de este rollo: ¡A VIVIR!

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